Nuestra mente nos lleva a pensar que siempre nos falta algo para ser felices, y habitualmente eso que pensamos que nos falta es más dinero o un mejor empleo, o más amor de otras personas.
Otras veces nos sentimos mal por todas las "desgracias" que nos suceden, ¿Por qué a mí? ¿Qué hecho yo para merecer esto?
No parece que sean unas preguntas muy acertadas, o que te vayan a ayudar, ¿no crees?
Y si te preguntas ¿Qué puedo hacer con esto? ¿Cómo puedo aprovechar esta experiencia?
Tod@s tenemos traumas, cada persona tienes sus dolores, pasados, presentes y futuros.
Me preguntarás qué se le puede sacar de bueno o positivo a eso...
Para empezar te hace más human@, empatizas más con los dolores de las personas que te rodean, también con sus miedos y con sus preocupaciones.
Todas esas experiencias te dan la oportunidad de ablandarte por dentro, de tener más compasión, un corazón más grande, también hacia tí mism@.
Y más allá de eso, te llevan hacia la clave de la felicidad: Usar tu experiencia para ayudar a los demás.
Y no estoy hablando de apuntarse o montar una ONG
Los pequeños gestos (que son inmensos para quien los recibe), tener la intención de ayudar a otras personas, ser amable, mirar a los ojos, sonreír, aunque no conozcas a la otra persona, sabes que es alguien que también tiene sus dolores, sus miedos y sus tristezas.
Escucha como te sientes cuando lo hagas, porque te vas a dar cuenta del secreto: eres feliz cuando lo haces.
A qué esperas?
Cada día es una nueva oportunidad: Vive! Sonríe!